Próspera y artística, Brasilia es una ciudad designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su estilo arquitectónico moderno y su progresiva planificación urbana. Es una ciudad diseñada antes de su creación, por lo que resulta difícil compararla a cualquier otra que hayas visitado antes.
Destaca por su ambiente futurista y por el minucioso orden, casi perfecto, de sus calles. Los viajeros se mueven por ella con gran facilidad y disfrutan del colorido, la alegría y la cultura que destila esta capital en cada uno de sus rincones.
Y todo ello, por supuesto, en el país del mestizaje, la samba y la belleza natural.
Brasilia ofrece excepcionales muestras de arquitectura modernista, sobre todo el Centro Cultural Banco de Brasil y la Catedral Metropolitana Nuestra Señora Aparecida.
En Brasilia abundan los espacios naturales, entre los que destacan el lago Paranoá y la cascada de Itiquira. ¡Anímate a descubrirlos!
Regálate una inolvidable noche de ópera contemporánea, una sinfonía clásica o una representación teatral de estilo moderno en el Teatro Nacional Cláudio Santoro. ¡Activa tu sentidos con una experiencia inolvidable!
Brasilia ha sido concebida para la satisfacción y el disfrute de sus ciudadanos y visitantes. Cuenta con zonas específicas de viviendas, comercio y negocios, por lo que hace posible aprovechar su encanto sin perder el ritmo en ningún momento. Además, conducir por ella resulta extremadamente fácil y cómodo.
Esta emergente y próspera ciudad también ha sabido atraer a muchos de los principales gurús y creadores de la escena gastronómica brasileña. De hecho, es un lugar inmejorable para saborear la cocina carioca presentada de manera artística y actual.
Las tres estatuas que decoran la plaza de los Tres Poderes representan el sentido del orden, la justicia y la paz que los gobiernos siempre deben proporcionar a sus ciudadanos. Simbolizan las tres ramas del gobierno brasileño. Su emplazamiento se ha convertido en foco de atracción turística por su proximidad a otros puntos emblemáticos de Brasilia. Además, en su entorno se realizan actuaciones musicales, celebraciones culturales y eventos políticos diversos, por lo que siempre muestra un aspecto alegre y animado.
Brasil siempre ha mantenido unos lazos muy profundos con la Iglesia católica, lo cual explica la gran cantidad de catedrales existentes en todo el país. Una de las mejores es la Catedral Metropolitana de Brasilia. Diseñada por Oscar Niemeyer en 1970, destaca sobre todo por su techo de vidrio, que fusiona las líneas del cielo y la tierra en este enclave inolvidable de encuentro espiritual.
El Palácio do Planalto es la residencia oficial del presidente de Brasil. Fue renovado en 2011 con una moderna fachada blanca y con una piscina enorme, que dota a la instalación de un acusado matiz de poderío y despliegue. Se sitúa entre el Congreso Nacional, el Tribunal Federal Supremo y la plaza de los Tres Poderes. No olvides que se trata de un edificio gubernativo en uso, por lo que solo podrás verlo los domingos por la tarde y mediante visita guiada.
Admirar y aprender las tradiciones culturales y la historia de los pueblos antiguos de Brasil es posible en una ciudad tan moderna como Brasilia. El Museo de los Pueblos Indígenas se concibió, al principio, como una galería de arte moderno. Pero, finalmente, se convirtió en un sorprendente y curioso museo de etnografía cada vez más visitado. En él observarás alfarería, cestas hechas a mano y herramientas nativas ancestrales. Y, si lo deseas, podrás escuchar historias locales maravillosas que te transportarán a otros mundos.
El santuario Don Bosco es una de las arquitecturas religiosas modernas más sorprendentes del mundo. Entrar en él se asemeja a una inmersión acuática, ya que esta espectacular catedral sorprende por sus ventanas azules elevadas hasta el techo. Producen un efecto enigmático, muy sugerente, sobre los bancos y el altar. La instalación ofrece servicios religiosos e invita a la oración, la reflexión y la regeneración pacífica entre sus muros. En la pieza central te emocionará la magnífica lámpara araña de Murano, artesanalmente elaborada y procedente de Venecia.
Las tres estatuas que decoran la plaza de los Tres Poderes representan el sentido del orden, la justicia y la paz que los gobiernos siempre deben proporcionar a sus ciudadanos. Simbolizan las tres ramas del gobierno brasileño. Su emplazamiento se ha convertido en foco de atracción turística por su proximidad a otros puntos emblemáticos de Brasilia. Además, en su entorno se realizan actuaciones musicales, celebraciones culturales y eventos políticos diversos, por lo que siempre muestra un aspecto alegre y animado.
Brasil siempre ha mantenido unos lazos muy profundos con la Iglesia católica, lo cual explica la gran cantidad de catedrales existentes en todo el país. Una de las mejores es la Catedral Metropolitana de Brasilia. Diseñada por Oscar Niemeyer en 1970, destaca sobre todo por su techo de vidrio, que fusiona las líneas del cielo y la tierra en este enclave inolvidable de encuentro espiritual.
El Palácio do Planalto es la residencia oficial del presidente de Brasil. Fue renovado en 2011 con una moderna fachada blanca y con una piscina enorme, que dota a la instalación de un acusado matiz de poderío y despliegue. Se sitúa entre el Congreso Nacional, el Tribunal Federal Supremo y la plaza de los Tres Poderes. No olvides que se trata de un edificio gubernativo en uso, por lo que solo podrás verlo los domingos por la tarde y mediante visita guiada.
Admirar y aprender las tradiciones culturales y la historia de los pueblos antiguos de Brasil es posible en una ciudad tan moderna como Brasilia. El Museo de los Pueblos Indígenas se concibió, al principio, como una galería de arte moderno. Pero, finalmente, se convirtió en un sorprendente y curioso museo de etnografía cada vez más visitado. En él observarás alfarería, cestas hechas a mano y herramientas nativas ancestrales. Y, si lo deseas, podrás escuchar historias locales maravillosas que te transportarán a otros mundos.
El santuario Don Bosco es una de las arquitecturas religiosas modernas más sorprendentes del mundo. Entrar en él se asemeja a una inmersión acuática, ya que esta espectacular catedral sorprende por sus ventanas azules elevadas hasta el techo. Producen un efecto enigmático, muy sugerente, sobre los bancos y el altar. La instalación ofrece servicios religiosos e invita a la oración, la reflexión y la regeneración pacífica entre sus muros. En la pieza central te emocionará la magnífica lámpara araña de Murano, artesanalmente elaborada y procedente de Venecia.
Carpe Diem es un restaurante muy recomendable para comer bien en Brasilia. Podrás hacerlo a un precio razonable, pues el menú para dos cuesta R $ 64. Como experiencia diferencial, te sugerimos degustar cocina peruana estelar en Taypá Sabores del Perú, a R $ 84 cada menú doble.
En Brasilia las temperaturas son moderadas y muy agradables durante todo el año, algo que no sucede en el resto del país. Con todo, mayo y junio son las mejores fechas. En invierno la temperatura ronda los 0 ºC y, en verano, sube hasta los 27 ºC.
El aeropuerto internacional de Brasilia (BSB) se ubica a 11 kilómetros del centro de la ciudad. Tras el aterrizaje, puedes tomar un autobús ejecutivo hasta el centro por solo R $ 10 o un taxi por R $ 30 o 40.
Si viajas a Brasilia por carretera desde el sur o desde cualquiera de los estados brasileños del centro y el oeste, coge la entrada Saída Sur. Si lo haces desde los demás estados, decántate por la Saída Norte.
La principal estación de autobuses de Brasilia es Rodoviária, que ofrece trayectos a Río de Janerio, Belo Horizonte, São Paulo y otras ciudades brasileñas importantes.
1. El barrio de Paranoá debe su fama al hermoso lago artificial que le da nombre. En él puedes practicar actividades acuáticas variadas, como natación, navegación en bote y paddle board.
2. Lago Sul es una zona muy animada, altamente recomendable durante los fines de semana. Gracias a sus excelentes restaurantes y sus magníficas vistas de Brasilia, es destino habitual de familias, parejas y grupos de amigos. Todos ellos lo pasan estupendamente andando por las orillas del lago, montando en bicicleta y organizando pícnics memorables.
3. Brazlandia es el área que reúne las principales maravillas naturales de Brasilia. Especialmente tres impresionantes cascadas: Cachoeira Poço Azul, Cachoeira Rainha y Chapada Imperial. Es, asimismo, un escenario estupendo para acampar y disfrutar de actividades al aire libre.
Rodoviária, la principal estación de autobuses de la ciudad, conecta el centro de Brasilia con el resto de sus áreas destacadas, como el Sector Comercial, la Explanada de los Ministerios y el aeropuerto. El precio único para adultos es de R $ 3.
Los taxis, en Brasilia, son bastante caros y difícilmente conseguirás pararlos en sus calles. La bajada de bandera se inicia con R $ 5 y el coste adicional es de R $ 4,6 por cada 1,6 kilómetros.
Viajar en coche es la mejor forma de moverse por Brasilia. En realidad, esta capital fue concebida para el tráfico privado, no para el transporte público. Si quieres alquilar un automóvil, podrás hacerlo en National Car Rental por R $ 66,24 al día.
Una de las zonas de compras más populares es el Sector de Diversoes, que se sitúa cerca de la estación de autobuses Rodoviária. Y, desde luego, no te pierdas el mercadillo dominical de la Torre de televisión, el cual es famoso por sus artesanías locales y sus recuerdos variopintos.
Hacer la compra en Brasilia no es excesivamente barato. Por eso, lo mejor es que llenes tu cesta en los supermercados que pueblan esta capital. Como referencia, ten en cuenta que una lata de 33 cl de cerveza importada te costará R $ 10,30, una botella de medio litro de cerveza nacional R $ 4,70 y una botella de agua de litro y medio R $ 2,96.